En las últimas décadas ha surgido un fuerte rechazo en torno a su consumo, cuestionando su necesidad e incluso evidenciando sus posibles efectos adversos para la salud.
Este artículo muestra por qué no es necesario consumir leche de origen animal, y rebate el argumento que sostiene la poderosa industria lechera.
El único objetivo de la industria del sector ganadero es obtener cuantiosos beneficios ocultando a la población los perjuicios para los animales, la salud, y el medio ambiente, del consumo tanto de leche como de cualquier alimento de origen animal.
No es esencial para la salud humana
A diferencia de otros mamíferos, que dejan de consumir leche materna al destetarse, los humanos han incorporado la leche de vaca a su dieta a lo largo de la vida.
Sin embargo, no existe evidencia científica sólida que respalde la necesidad de este consumo para una salud óptima. De hecho, diversos estudios han asociado el consumo de leche de vaca con un mayor riesgo de padecer enfermedades como:
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Osteoporosis: A pesar de ser una rica fuente de calcio, la leche de vaca se ha relacionado con una mayor incidencia de osteoporosis, especialmente en mujeres. Se cree que esto se debe a la alta cantidad de proteínas animales que contiene, las cuales pueden aumentar la acidez del cuerpo y afectar la absorción del calcio.
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Enfermedades cardíacas: El consumo de leche entera y productos lácteos ricos en grasas saturadas se ha asociado con un mayor riesgo de enfermedades cardíacas. Las grasas saturadas elevan los niveles de colesterol LDL («malo») en la sangre, lo que puede obstruir las arterias y aumentar el riesgo de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.
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Cáncer: Algunos estudios han sugerido una posible relación entre el consumo de leche de vaca y el riesgo de ciertos tipos de cáncer, como el cáncer de colon, estómago, próstata y ovario.
Intolerancia a la lactosa
Se estima que alrededor del 70% de la población mundial padece intolerancia a la lactosa, una condición en la que el cuerpo no puede digerir adecuadamente la lactosa, el azúcar que se encuentra en la leche.
Esto se debe a la deficiencia de una enzima llamada lactasa, que se produce en menor cantidad o deja de producirse después del destete.
Los síntomas de la intolerancia a la lactosa pueden incluir hinchazón, gases, diarrea y dolor abdominal, lo que puede afectar significativamente la calidad de vida de las personas que la padecen.
Crueldad animal y ética
La industria láctea ha sido criticada por sus prácticas de cría de animales, se consideran crueles e inhumanas.
Las vacas lecheras son criadas en sistemas intensivos, donde se les priva de espacio y de libertad de movimiento.
Además, se les insemina cada 15 meses de media, y se les separa de sus terneros recién nacidos para engordarlos de forma artificial y que aumenten de peso en el menor tiempo posible con el único fin de matarlos y ganar dinero.
Todo el periodo desde que uno de estos animales nace hasta que los sacrifican es un constante sufrimiento por culpa del ser humano.
Estas prácticas están generando un fuerte rechazo en la ciudadanía de todo el mundo, y especialmente entre los más jóvenes, ya que han tenido la oportunidad de informarse de forma adecuada, a diferencia de las generaciones anteriores que no disponían de los medios de comunicación de hoy en día.
Impacto ambiental
La producción de leche de vaca tiene un impacto significativo en el medio ambiente. Las vacas son grandes rumiantes que producen grandes cantidades de metano, un potente gas de efecto invernadero que contribuye al calentamiento global.
Además, la ganadería requiere grandes extensiones de tierra, deforestación y contribuye a la contaminación del agua por el uso excesivo de fertilizantes y antibióticos.
¿Por qué en tantos países no se toma leche de vaca?
En muchas regiones del mundo, como en Asia, el consumo de leche de vaca no es un alimento tradicional. Esto se debe a diversos factores:
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Intolerancia a la lactosa: La prevalencia de intolerancia a la lactosa es significativamente mayor en ciertas regiones, como Asia oriental y África, donde la leche de vaca no ha sido un componente habitual de la dieta.
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Preferencias culturales: Las tradiciones culinarias y las creencias culturales en muchas partes del mundo no incluyen la leche de vaca como un elemento básico.
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Disponibilidad de otras fuentes de calcio y proteínas: En algunas regiones, existen otras fuentes tradicionales de calcio y proteínas, como vegetales de hoja verde, legumbres y tofu, que satisfacen las necesidades nutricionales sin la necesidad de consumir leche de vaca.
- Cuestiones éticas: La vida de una vaca es un tortura desde su nacimiento, ya que el único fin es que produzca grandes cantidades de leche, cuando dejan de dar altas cantidades las sacrifinca porque dejan de ser rentables. Además las fuerzan a criar constantemente para que sigan dando leche, aproximadamente cada 15 meses. Producen leche para alimentar a sus crías, y cuando estas nacen, las separan para que no consuman la leche materna, y si son machos en pocos meses los sacrificarán para producir carne.
Alternativas a la leche de vaca
Afortunadamente, existen numerosas alternativas vegetales a la leche de vaca que son más saludables, sostenibles y éticas:
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Leches vegetales: Hay una amplia variedad de leches vegetales disponibles, como leche de almendras, soja, avena, arroz, coco y cáñamo. Estas leches son ricas en nutrientes, no contienen lactosa y ofrecen diversas opciones de sabor y textura.
Evidencia científica
1. Estudios sobre la relación entre la leche de vaca y la osteoporosis:
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Estudio del Nurses’ Health Study: Un seguimiento de 88.000 mujeres durante 12 años encontró que aquellas que consumían más leche de vaca tenían un mayor riesgo de fracturas de cadera, incluso con una ingesta adecuada de calcio.
2. Investigaciones sobre la leche de vaca y las enfermedades cardíacas:
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Estudio del Adventist Health Study: Un seguimiento de 40.000 adultos durante 20 años encontró que aquellos que consumían leche de origen animal tenían un mayor riesgo de muerte por enfermedad cardíaca que los que no consumían leche.
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Revisión sistemática de 11 estudios: Esta revisión concluyó que un mayor consumo de productos lácteos altos en grasa se asocia con un mayor riesgo de enfermedad cardíaca coronaria.
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Estudio del Harvard School of Public Health: Un seguimiento de 51.529 hombres durante 11 años encontró que aquellos que consumían más leche entera tenían un mayor riesgo de cáncer de próstata.
La evidencia disponible sugiere que la idea de que la leche de vaca es esencial para la salud humana es un mito. Existen diversas alternativas vegetales que pueden proporcionar los nutrientes necesarios sin los riesgos potenciales asociados al consumo de leche de vaca.
El número de científicos que desaconsejan el consumo de leche animal aumenta cada año, mientras el lobby lácteo sigue gastando millones de dólares cada día para silenciar cualquier argumento que cuestione este modelo de alimentación, así como de nutrir las cuentas bancarias de muchos medios de comunicación para que los ciudadanos sigan consumiendo este y otro tipo de productos de origen animal, que para la mayoría ya es inaceptable.
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